A veces, nos encontramos en situaciones que nos llevan a hacer promesas, de las que después nos arrepentimos.
Pero es mejor un arrepentimiento a tiempo, que no estar lamentándose toda la vida.
Cuantas veces hacemos cosas por acontentar a alguien y después no somos capaces de dar un paso hacia atrás.
Con la promesa de matrimonio no nos obligamos a nada.
Si has decidido casarte y en el último momento te lo piensas mejor y tomas la opción de desistir, que sepas que esa promesa no te obliga a contraer matrimonio es más si quisieran demandarte, el juez no va a admitir la demanda.
El artículo 42 del Código Civil, establece que:
"La promesa de matrimonio no produce obligación de contraerlo ni de cumplir lo que se hubiera estipulado para el supuesto de su no celebración.
No se admitirá a trámite la demanda en que se pretenda su cumplimiento".
A la única cosa que te obliga el Código Civil, es a resarcir los gastos y las obligaciones contraídas, a consecuencia del matrimonio, por la otra persona, que tendrá un año desde que te niegues a contraer matrimonio para reclamartelo.
Como decía al inicio de la exposición, mejor un arrepentimiento a tiempo, que no una pena después.

No hay comentarios:
Publicar un comentario